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LA SEMANA TRÁGICA: A 90 AÑOS

 

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El 6 de enero de 1919 se inició una serie de jornadas que inscribieron una de las páginas más negras de la historia del movimiento obrero en la Argentina

Este martes se conmemoran 90 años de la feroz matanza de obreros en Buenos Aires producto de una represión que duró siete días y que pasó a la historia con el nombre de "Semana Trágica". El 6 de enero de 1919 se inició esa escalada violenta en el marco de una huelga de 2.500 trabajadores de los talleres de Pedro Vasena e Hijos Vasena, ubicados en las calles Cochabamba y La Rioja de Capital Federal.

Si bien la cifra nunca fue determinada con exactitud, la mayoría de los historiadores y las crónicas de la época estiman que la cantidad de muertos producidos por las fuerzas de seguridad y la Liga Patriótica -grupo armado de ultraderecha- osciló entre 500 y 1.000 obreros, mientras que los trabajadores detenidos superaron los 2.000.

La huelga en los Talleres Metalúrgicos Vasena comenzó en diciembre de 1918 con el reclamo de aumento de sueldos, reincorporación de trabajadores despedidos y disminución de la jornada laboral de 9 a 8 horas, como ya ocurría en casi todas las demás ramas de la industria. A principios de enero de 1919, la empresa contrató grupos conocidos como "obreros rompehuelgas": matones y personas sin trabajo que por los altos índices de desocupación existentes eran contratados en momentos de paros para desactivar los reclamos.

El comienzo de la masacre
El 6 de enero, la patronal y este grupo contratado reabrieron los talleres, mientras los trabajadores movilizados de la fábrica hacían una serie de piquetes en algunas calles cercanas. Al día siguiente, una camioneta manejada por los "rompehuelgas" salió a buscar materias primas a otros talleres de la empresa, pero se le impidió el paso al llegar a uno de los piquetes. Las discusiones entre ambos sectores terminaron abruptamente
con la intervención policial y con un saldo de 4 obreros asesinados y 30 heridos, muchos de los cuales fallecieron más tarde.

El contexto agudizaba la crisis: recesión económica tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, aumento exponencial del movimiento sindical anarquista y socialista (pasó de 25 mil obreros movilizados en 1916 a 310 mil en 1919), estallido de la Revolución Rusa dos años antes y las revueltas obreras en toda Europa.

En tanto, el 9 de enero los sindicatos anarquistas asociados a la Federación Obrera Regional Argentina (FORA) y los socialistas enrolados en la Confederación Obrera Regional Argentina (CORA) llamaron a una huelga general en protesta por la represión policial, al tiempo que convocaron a velar públicamente a los cuatro obreros asesinados con una caravana que iría del barrio de Nueva Pompeya a Chacarita.

La respuesta fue multitudinaria: se calcula que asistieron a esa marcha unas 250 mil personas, una cifra inusitada para la época, teniendo en cuenta que por esos años en Capital Federal vivían 1,5 millón de habitantes. Ante el estado de movilización obrera, el presidente Hipólito Yrigoyen entregó el comando de las acciones militares al coronel

Luis Dellepiane, quien desplazó tropas por toda la ciudad, a la vez que comenzó la actividad represiva de los grupos civiles paramilitares pertenecientes a la Liga Patriótica. La situación dio origen a múltiples enfrentamientos por los barrios y como retrata el diario anarquista La Protesta del día siguiente, "Buenos Aires era un campo de batalla".

Luego de sufrir varios enfrentamientos armados, al llegar al Cementerio de la Chacarita la marcha fue blanco de una balacera policial que disolvió la manifestación y dejó varios obreros muertos. Mientras tanto, en otra parte de la ciudad los tallere Vasena habían sido sitiados por la multitud y durante varias horas se produjeron enfrentamientos hasta que la llegada de nuevas tropas puso fin a la toma del establecimiento.

Según el diario La Nación, los enfrentamientos armados del 9 de enero dejaron un saldo de 40 muertos, mientras que la prensa obrera afirmó que los decesos fueron más de 100 y el doble de heridos. Las redadas continuaron hasta el 13 de enero, con más de 500 muertos y 2 mil detenidos.

Curiosamente, los reclamos de los metalúrgicos hacia el final de la semana trágica fueron reconocidas como justas: Yrigoyen otorgó aumentos de entre el 20 y el 40 por ciento y liberó a los dirigentes de la FORA. De esa forma, la historia dejó en claro que la feroz matanza de trabajadores de 1919 no fue en respuesta a las demandas salariales, sino que fue la estrategia ejecutada por Liga Patriótica y algunos sectores del ejército para poner freno a la creciente movilización de los sectores obreros en el país.

fte: infobae y La Nación
publicación: 17 de enero de 2009 - 4636

   

 

 

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